Reglas de vida
Nuestra vida esta regida por ciertos valores, valores que los abuelos ponían en práctica y qué gracias a ello, mantenían un núcleo familiar apegado a una ley universal.
Estos valores se regían a través del estudio del tiempo, de los astros, del medio ambiente y sobretodo del equilibrio hombre-naturaleza, y todo esto permitía un desarrollo integral. Cada elemento del gran sistema que se llama planeta tierra, tiene una función, y cuando uno de esos elementos no la cumple, se rompe el equilibrio.
Estos valores o principios, eran las reglas con las que se educaba a los niños. Así al crecer sabian que hacer para estar y conseguir el equilibrio del
núcleo familiar.
1. Respeta a tu abuelo, a tu abuela, a tu padre, a tu madre, a todos los seres
y a todas las cosas.
2. Todo lo que existe es moldeable; cámbialo, embellécelo; hazlo más a tu manera,
para que vivas en armonía con lo que existe a tu alrededor.
3. Tus actos y tus pensamientos deben ser conscientes.
4. Con el frío y con el sol, la roca más dura se parte.
5. La piedra en el camino por si sola no se mueve.
6. El agua es tranquila, el agua es violenta; se como el agua, tranquilo y violento
a su tiempo.
7. Debes ser pleno en tus actos y en tu ser.
8. Debes ser completo y transparente. Permite que la luz trascienda para que vean
a través de ti.
9. Sin las dos manos no se pueden hacer tortillas.
10. Si tu mano izquierda aprende lo que sabe tu mano derecha, tendrás dualidad,
sabiduría y destreza.
11. Las manos hacen lo de las manos, los ojos hacen lo de los ojos.
12. Si no aprendes a dar no debes pedir; pues nadie debe solicitar lo que es incapaz de brindar.
13. Me duele tu cabeza, pues tu eres yo y yo soy tu. Déjame conocerte para
poder conocerme.
14. Pasando el peine se desenreda el pelo.
15. Naciste, nacido estás; pasaste, pasado estás.
16. El pájaro por sí mismo busca su gusano.
17. El pozo es más profundo mientras más te alejas del firmamento.
18. Ten a mano un puñado de ixtle (fibra natural de maguey).
19. Los ojos y la cabellera son de veinte en veinte.
20. De cinco es el tres, de uno es el ser.
Esta es tu cuenta, esta es tu vida y también tu muerte. Son reglas y es la línea que pasa de la nariz a la oreja. Llevando esta cuenta, las piedras y las pinturas hablarán por si solas y aprenderás que caminando por la arena no dejas huella.
¡Si quieres dejar huella en esta vida, vuelve a tu centro!.