Ruta Ecohistórica en

San Miguel Coatlinchan, Texcoco, Edo. de México;

México.

 

 

Diseño: Studio Tlakua Xomoli

Leyenda
Relatos con un sentido, oculto, narración, discurso, palabra emotiva, se refiere a un relato que tiene una explicación o simbología muy profunda para una cultura en el cual se presenta una explicación divina del origen, existencia y desarrollo de una civilización, dentro de la cuál en ocasiones la fantasía e imaginación tienen un papel fundamental.

En este contexto, puede considerarse una leyenda como un tipo de creencia establecida, habitualmente a través de varias generaciones, con relación a ciertos hechos improbables y sorprendentes que, de acuerdo a la leyenda, han sucedido en la realidad, los cuáles no son posibles de ser verificados de manera objetiva. Pero incluso los hechos históricos pueden servir como leyendas si son importantes para una cultura determinada.

A continuación les presentamos "cuentos de fantasmas" así lo mentaban los abuelos al contar estas  historias que hacen de la comunidad de Coatlinchan un lugar misterioso, un lugar especial, donde el más valiente se le doblaron las piernas y se le erizaron los cabellos cuando se atrevieron a desafiar a las "escencias del lugar"... bienvenidos...

 

Erase una vez...

Encuentro con la Chocacihuatl

Esta historia ocurrió allá por los años 60, cuando aún había bastante calma en la comunidad de San Miguel Coatlinchan, la vida era más lenta, los hombres trabajaban aún la tierra con la siembra de maíz, la calabaza, el frijol y algunas habas.

 

La vida en Coatlinchan siempre ha sido de fiesta, a pesar de la pobreza que hay entre algunas familias si hay una fecha que festejar, cada familia ve la forma de hacerlo, aparte de que los vecinos ha sido siempre generosos, van y se ofrecen para ayudar para que se haga la fiesta, ¿en que te ayudo? Esa es la pregunta que por lo regular siempre te hacen. Otros se ofrecían con refrescos, pulque o vino, arroz, mole, pastel, otras más con la música de viento y listo se armó la fiesta.

 

Por lo regular cada semana, allá por los 8 de la noche se escuchaban las notas musicales en todo el pueblo, pues al no haber otra actividad después de esa hora, todos sabían donde era la pachanga y se acostumbraba a llegar solo a la bailada.

 

Es así como los muchachos, y los ya no tan muchachos buscaban el lugar donde podías bailar por un buen rato, aunque no hubieras sido invitado a la comida, eras bienvenido a la bailada.

 

Ramón se escapaba de su casa para ir a bailar, aunque ya era casado no se quedaba con las ganas de ir y darle duro al huarachazo aunque al otro día tuviera pelea con su vieja como le decía a su esposa. “La bailado quién me lo quita” era su frase.

 

En una de tantas ocasiones que había bajado (el vivía allá por el pilancón), al baile, este había sido en la parte baja del pueblo. Después de bailar la mayor parte de la noche, regresaba a su casa pasadas las 2 de la mañana por la calle centenario, camina con un poco de dificultad pues se le habían pasados las copas. Iba pensando en los maravillosos pasos de baile que les había mostrado a varias señoritas y lo feliz que iban al recordar frases como “que bien bailas, Ramón”, le llenaba la cabeza de humo. De pronto una figura femenina le llamo la atención, del otro lado de la calle vio a una dama vestida de blanco, con cabello suelto que caía sobre sus hombros y  caminaba sola. Ramón nunca se puso a pensar que era extraño ver a una dama a esa hora, lo único que pensó fue “que suerte tengo” y “esta solita”. Solo pensó que era una de las damas que iban de regreso a su casa igual que él, después del baile.

 

Ramón empezó a chulearla… “Buenas noches señorita”, “¿cómo está?” “Que hermosa noche para caminar, ¿verdad? “”porque tan solita?”… la lectura corporal de la dama le hizo pensar a Ramón de que le estaban gustando las palabras dirigidas a  ella. Ramón al ver esto, se paso del otro lado para estar mas cerca de ella…”como te llamas?”, “¿puedo acompañarte?”… Ramón escucho una pequeña sonrisa de parte de la dama de blanco, esto hizo pensar a Ramón que no le era indiferente, y creyendo que su galanura la había conquistado opto por abrazarla para acercarse más a ella… al hacer esto, la dama de blanco alzo el rostro y fue hasta entonces que Ramón pudo ver bien el rostro descarnado de la dama de blanco siguiendo de un tremendo quejido de dolor “hayyyyyyyyy mis hijossssssss” Ramón sintió que el alma se le escapaba del cuerpo, ya no supo mas de si, la soltó y corrió, y corrió lo más rápido posible, sintiendo que venia atrás de él para llevárselo.

 

A Ramón se le bajo hasta la borrachera, llegó a su casa  y se metió en la cama en medio de su esposa y sus hijas temblando de miedo; su esposa le preguntaba que le había ocurrido y él sin poder hablar por la impresión, siendo hasta el otro día que les explico su encuentro con la dama de blanco.

 

Esto le sirvió de gran manera a Ramón, pues dejo de ir a la bailes no quería encontrarse nuevamente con la dama de blanco que le coqueto aquella fría noche de madrugada en la calle centenario.

 

 

Animas del Santo purgatorio

Antiguamente la avenida González (A propósito ¿Saben porque se llama así?, esto en honor de Manuel González, fue un militar y político mexicano, Presidente de México entre 1880 y 1884. Previo a ejercer éste cargo, participó en la Intervención Norteamericana en México, como teniente y más tarde combatió en la Guerra de Reforma, murió el 8 de mayo de 1893 en Chapingo estado de México, hombre muy popular y querido por su trayectoria). Como les decía la av. González era un camino de terraceria, cuentan los abuelos que no había mucho trasporte, si venias de la ciudad de México y se te hacia tarde tenias que subir caminando hasta el poblado de Coatlinchan, y es una distancia mas o menos de 2.5 km.

 

Esta es la historia de una joven llamada Juana, de 26 años que había obtenido un trabajo como secretaria en una oficina cerca de Chapultepec, pero había un inconveniente, su horario era un poco difícil pues había veces que salía temprano y otras ya salía tarde, y cuando eso pasaba se apuraba lo más pronto posible por llegar a González, pues tenía miedo que un día no alcanzara el último transporte que venía de Texcoco.

 

Así paso medio año y justo al llegar el mes de noviembre, un día por más que se apuró para llegar a la hora del transporte que subía hacia Coatlinchan, no puedo llegar a tiempo, llegando tarde una hora. Trato de tranquilizarse y se sentó en una piedra con la esperanza de que alguien pasara para no irse sola, espero y espero y nadie pasaba, entonces la preocupación la empezó a embargar, se hacía cada vez más tarde. Así que decidió subir caminando, sabía que no era buena idea, pues el camino era sobrio, con muchos árboles en ambos lados y muy obscuro.

 

Llego a su memoria que alguna vez le habían contado de gente que a medio camino atracaban a los transeúntes, pero no le quedaba de otra, así que rogó a Dios la protegiera de todo mal y empezó a caminar, con paso seguro y veloz… llegando al lugar que hoy conocemos como el puente, miró a varios hombres que estaban más adelante, la invadió el miedo pensado que serian ladrones, a su mente llegaron las ANIMAS DEL PURGATORIO, y diciendo la frase, “Benditas animas del purgatorio, sálvenme” siguió caminando, y de pronto se vio ella misma rodeada de mucha gente con velas en la mano, como si fuera una procesión, y pasando enfrente de los hombres mal encarados siguió caminando sin detenerse… cuando estuvo bastante lejos se vio sola nuevamente, increíblemente las animas del purgatorio habían escuchado su petición auxiliándola con su compañía para que no fuera atacada.

Pedro
Pedro

La cosa blanca

Pedro era un joven de Coatlinchan, campesino como su padre dedicado al cultivo de la tierra, sembrando maíz y frijol. Era de comprenderse que por su juventud a Pedro le gustaba mucho el huateque y la fiesta, y fue precisamente en una fiesta del pueblo vecino San Luis Huexotla donde conoció a María, muchacha sencilla y bonita que al verla Pedro quedo prendido de su belleza y empezó a cortejarla hasta declararle su amor y corriendo con buena fortuna fue correspondido por María. A partir de ese entonces Pedro empezó a visitar a María, ahora su novia.

 

Su padre estaba preocupado y siempre le decía que tuviera mucho cuidado al regreso pues a Coatlinchan y a Huexotla los une el antiguo camino real de mas o menos unos 5 km. de distancia, es por eso que a su padre le preocupaba que se regresara solo. Por esta razón el padre de Pedro le regalo un caballo para que fuera y viniera de Coatlinchan a Huexotla y de Huexotla a Coatlinchan. Pedro estaba feliz porque ahora se trasladaba más rápido para ver a su novia.

 

Pedro cada día disfrutaba más de la compañía de su novia por lo tanto empezaba a regresar a Coatlinchan más tarde que de costumbre, llegaba a los primeras casas del pueblo cuando ya la noche empezaba a caer. Esto no le preocupaba a Pedro, pues cuando uno se enamora el tiempo y la distancia es lo que menos importa.

 

Varios de sus amigos lo bromean con historias de fantasmas y aparecidos que se habían visto de noche sobre el camino, sobretodo porque sabían que regresaba tarde por el antiguo camino real. Este camino era sombrío, lleno de arboles por ambos lados, totalmente solitario y por las noches imponía su inmensa soledad; pero eso a Pedro no le importaba.

 

Fue una noche de otoño, como de costumbre a Pedro se le había hecho tarde por quedarse a platicar un poco mas con María, la noche había caído ya, eran como las 10 o 10:30 de la noche, Pedro se despidió prometiéndole a su novia regresar al otro día. Monto a su caballo, y tomo el camino de regreso hacia Coatlinchan. A la salida del pueblo de Huexotla hay una barranca y un antiguo puente colonial para cruzar, Pedro venia recordando los bellos momentos que había pasado instantes antes con María, cuando al llegar a dicho puente su caballo empezó a ponerse nervioso, tanto así que saco a Pedro de sus pensamientos. Así llegó al puente y antes de cruzar el caballo se detuvo totalmente y no quiso pasar el puente, Pedro se preguntaba que le estaba pasando al caballo, dicen que los animales presienten el peligro, su caballo, un manso retinto comenzó a parar las orejas pues había advertido algo fuera de lo común metros mas adelante. El palomo, que así se llamaba el noble animal, comenzó a temblar y a corcovear un poco, luego, se rehusó a seguir avanzando, el animal comenzó a relinchar, a pararse en los dos cuartos traseros y a lanzar coces a diestra y siniestra. Trato de clamarlo pero fue inútil, Pedro le ordenaba avanzar, pero el caballo daba un paso hacia adelante y enseguida se regresaba. Empezó a sentir un escalofrío recorrer su piel, el ambiente nocturno cambio drásticamente, el caballo ya bufaba. Pedro empezó a sentir miedo, y en un arranque de desesperación tomo su fuete y lo azoto en la enanca del caballo, fue tan fuerte que el caballo parándose de manos relincho y se arranco a galope pasando el puente a gran velocidad, y Pedro vio claramente salir de la parte de abajo del puente una cosa blanca, transparente y misteriosa. Pedro se sujeto al caballo pues venia asustado y desbocado. Miro de reojo a la cosa blanca que flotaba al parejo de su caballo de forma lateral, entre los árboles, era tanto su terror que ya no sabía si soltarse o sujetarse a su caballo, que a todo galope se dirigía hacia Coatlinchan.

 

Fueron momentos eternos de miedo y terror para Pedro, que afortunadamente para él después de un rato, las primeras casas de Coatlinchan se comenzaron a mirar, y cuando más se acercaba a la población, la cosa blanca empezó a quedarse, entre los árboles y a quedarse, hasta que desapareció. Fue así como llego al centro de la comunidad de Coatlinchan, con su caballo reventado por la carrera, y él con el corazón en la boca.

Esto le paso a un Joven llamado Pedro de Coatlinchan, y para no tener que pasar por el mismo lugar de noche donde tuvo ese misterioso encuentro, con LA COSA BLANCA, se robo a María, su novia y se la llevo a vivir a Coatlinchan.

Macaria 'La bruja'

Cuando era pequeño recuerdo las ocasiones cuando en casa se iba la luz por las noches, eran momentos especiales para platicar historias de fantasmas. Imagínense, eramos 9 hermanos y todos alrededor de la luz de una vela... y yo en primer lugar, con gran curiosidad, aunque despues por el miedo no podia ir al baño solo. No se imaginan como disfrutaba oir a mi madre platicar de esas leyendas, nos platicaba que cuando ella llegó al pueblo de Coatlinchan, hace ya 60 años que mi padre se la robó... pero esa es otra historia.

Dice mi madre que cuando ella llegó al poblado hacia unos cuantos años que había entrado la luz electrica a la población, asi que era usual cuando llegaba la noche, la mayor parte de vecinos se encerraban en su casa, pues al no haber luz, no habia actividades.

Imagínense cuando obscurecia temprano, no quedaba otra que encerrarte en su hogar a piedra y lodo. Y si querias seguir con alguna actividad, tenia que ser a la luz de la vela o de algun quinque. Ya sea a platicar en familia, ó simplemente a charlar con amigos, o vecinos.

Se decia que  que antiguamente en la comunidad se escuchaba mucho hablar de las “brujas”, mujeres dedicadas a realizar el mal, teniendo pacto con el diablo para poder adquirir poderes sobrenaturales como el poder volar, y para hacer  esto, tenian que esperar a la media noche  y hacer un ritual para poder desprenderse de sus pies desde la planta hasta las rodillas, y así levantar el vuelo.

En las creencias se platicaba que para poder obtener estos poderes sobrenaturales tenian que beber sangre de niños recién nacidos... por eso entre los abuelos y padres protegian a los niños colocando en la entrada de la puerta unas tijeras abiertas, como protección; muchas imagenes de santos o algún crucifico en la cabecera del pequeño; las familias que tenian un niño pequeño no dormian tranquilas, debido a estas historias.

Esta es una de las historia que recuerdo y que se me quedo muy grabada:

Cuenta mi madre que en otra comunidad cercana a la nuestra habia una señora a la que llamaremos Macaria era una mujer recia, fuerte y poco sociable con los vecinos; se decian muchas cosas de ella, como que hacia mal de ojo, que donde pisaba no crecia la hierva, que podia estar en dos lados diferentes, etc. etc.

Casada con alguien que llamaremos Juan, hombre trabajador, honesto y apreciado por la mayoria de la gente. Habia un contraste entre Macaria y Juan, la gente no entendia como era posible que Juan se hubiera casado con Macaria, siendo tan diferentes, lo que la gente no sabía era que Macaria habia sido muy hermosa de Joven pero al paso del tiempo habia cambidado mucho.

A pesar de esto Juan queria a la Macaria, el sabia desde hacia algunos años que habia cambiado su caracter, se había vuelto agrio y hasta hostil y no entendia el porque. A Juan le habian llegado rumores de que Macaria andaba en malos pasos, que la habian visto salir por las noches y desaparecer en la obscuridad. Para Juan estos solo eran chismes, pues sabia como se las gastaban las vecinas, así que nunca dio importancia a estos rumores.

Juan tenia un amigo inseparable que llamaremo Mateo, el cual apreciaba mucho. Los dos trabajaban en el mismo rancho, un día que regresaban del trabajo Mateo le comentó lo siguiente:
-Oye Juan... hay algo que tengo que decirte.
- Si, dime
- No se como lo vayas a tomar, pero esto me lo dijo la pancha, mi vieja y posss.
- De que se trata hombre, que me pones nervioso con tus misterios.
- Es algo grave, espero no te ofendas... mira la Pancha insiste en que tu mujer es bruja...
- Jajajaja hombre ya me habias asustado con tu misterio,
- Pues ella insiste en que si es...
- Ya lo habia escuchado pero no creí que tu también.
- Pues mira, creo que deberías irlo tomando en serio... possss..
- ¿Qué sucede?, ahora si ya picaste mi curiosidad.
- Post espero no te molestes conmigo, post en verdad te estimo, y post me atrevo a contarte..
- Ya, dime ¿de que se trata?
- Mira, la pancha me había comentado esto desde hace tiempo, yo al igual que tu no le crei...
- Pero insistia tanto... que espiamos a tu mujer..
- ¡Mateo! ¿Cómo es posible?.
- Enojate si, pero ¡¡creeeme!! lo que vi no lo creeras.
- ¿Qué viste Mateo?
- El otro dia, la Pancha insistió tanto que para que ya no volviera a molestarme le di gusto, y espiamos a tu mujer... ella decía que tu mujer era bruja, de esas de las que vuelan, y para poder comprobarlo la espiamos a la media noche... y efectivamente... yo vi salir algo volando de tu casa..no se que fué, pues pasó tan rapido, pero de que era grande y volaba, lo era... yo se que es dificil de creer Juan, pero eres mi amigo y te estimo mucho, pero algo esta pasando en tu casa...
- No puedo creer lo que oigo de ti Mateo, ¿tu también?
- De antemano te pido una disculpa Juan, pero vuelvo a repetirte, que vi algo raro salir de tu casa...pero olvidalo, tal vez tienes razón me dejé llevar pos los nervios y el miedo de la pancha... disculpa si te he molestado.

Juan despues de despedirse de Mateo, caminó hacia su casa, meditando lo comentado por Mateo...
...es verdad que la Macaria ha estado muy misteriosa últimamente...  la he notado rara pero de eso a que es bruja... pos...

La idea revoloteaba en la cabeza de Juan, y cuando llegó y vió a la Macaria en la cocina de humo sintió cierta desconfianza..
...Caray, creo que me estoy sugestionando con los comentarios del Mateo... se dijo así mismo.

-Como te fué en el trabajo, preguntó Macaria
-Bien, gracias, ya es tarde, vamonos a descansar.
-Ve tu a descansar, yo voy a quedarme aqui, pues puse a cocer el nixtamal para mañana las tortillas y creo que va a tardar, despues te alcanzo, dijo Macaria.
-Esta bién, dijo Juan.

Juan se dirigió a su recámara que estaba en el siguiente cuarto, le pareció sospecho que ella decidiera quedarse hasta tarde a cocer el nixtamal.

Apartir de ahi no pudo dormir, pensando en lo ocurrido, ¿será verdad lo que me dijo el Mateo?
Pasaron las horas y Macaria no aparecia, habian pasado ya unas horas y empezó a inquietarse... en eso estaba cuando oyo que entraba a la recamara. Juan decidió hacerse el dormido para ver que pasaba, sientió que Macaria se acerco a el, muy cerca para verificar que estaba dormido. Al percatarse Macaria que estaba profundamente dormido salió nuevamente de la recamara hacia la cocina. Juan entreabrió los ojos y miró a Macaria saliendo... ¿Qué se trae esta entre manos? se preguntaba Juan....

Se levantó sin hacer ruido y la siguió hasta la cocina de humo, adentro se veia el resplandor del fuego, Juan pudo mirar por una rendija la que ocurria adentro... la miro frente al fuego, Macaria estaba diciendo algo, frases que Juan no alcanzaba a escuchar... el corazón de Juan empezó a latir mas aprisa... sintió el impulso de entrar y descubrila para saber que estaba haciendo.. pero fué prudente, tenia que ser paciente hasta el final...

De pronto increiblemente Macaria se agachó y tomando las partes inferiores de sus pies...¡las desprendió! sin mayor esfuerzo... Juan no podia creer lo que estaba viendo, realmente Macaria tenia la capacidad de quitarse los pies...Macaria tomando sus partes inferiores las escondió detras del metate y encima puso unas mantas para cubirlas, acto seguido mascullo otras frases y elevandose, salió de la cocina ¡Volando!, a Juan apenas le dió tiempo esconderse detras de unos costales, para no ser visto.

Macaria sabiendo  que Juan se encontraba dormido había recurrido a sus poderes sobrenaturales para salir de su casa en busca de algun pequeño...

Juan seguia mudo ante tal visión... pero dandose valor entró a la cocina de humo y busco lo que Macaria había escondido... su propios pies...

Quito las mantas e hizo a  un lado el metate y ahí estaban los pies de su esposa, lo increible es que no sangraban, eran como dos muñones de cuerpo humano... Juan temblando y con el corazón saltando dentro de su pecho los tomó y los hecho al fuego para quemarlos...acto seguido se fué a dormir... a esperar a que Macaria regresa y ver que pasaba.

Eran las 4 de la madrugada cuando Macaria regresó, se dirigió a la cocina de humo a buscar sus extremidades inferiores, pero para su sorpresa no los encontró... se puso como loca a buscarlos y no hallo nada, y lo unico que le quedó por hacer fué sentarse en una de las izquinas de la cocina a esperar.

Eran las 6 de la mañana cuando Juan se despertó, y buscando a Macaria no la encontró, así que fué a buscarla a la cocina y la viendola sentada en una izquina le dijo:
- Mujer, que haces ahi sentada, preparame algo de comer que me voy al trabajo (sabiendo que no se levantaria de ahi)
-Macaria no hizo ningún movimiento, seguia agachada, zollosando...
-¿Qué pasa mujer, porque lloras? ¡vamos levantate!

Juan se acerco a ella la tomo de los hombros y al levantarla se dió cuenta que no tenia pies...

-Dios mio, ¿qué es esto?

La noticia corrió como reguero de polvora por toda la comunidad, la Macaria fue paseada por todo el pueblo para acabar en la plaza y despues la quemaron viva...

Esto se contaba alla por los años en que no habia luz electrica....

La Marrana encadenada
Tal vez algunos escucharon hablar de este ser irreal o real...

Hace muchos años durante las noches, en la población se veía pasar una marrana que arrastraba unas enormes cadenas. En esas noches de luna llena, se veía pasar una sombra o bulto que pasaba frente al fronton "El jorobado".

Algunos vecinos ya se habían percatado de lo sucedido y lo comentaban entre ellos, pero nadie se atrevia a investigar algo; un escalofrió recorría su cuerpo a causa del miedo que sentían al escuchar los gruñidos del animal arrastrando las enormes cadenas.

Un vecino cuenta, que en aquel tiempo cuanto todavia andaba por las calles "el cantar del sereno" al hacer el acostumbrado rondín, y envíspera de todos los Santos, cuando se dirigiría a su hogar se predisponia a enfrentar el miedo de un posible encuentro. Unos momentos antes había caído un fuerte aguacero, y todavía estaban unos charcos de agua, por tal motivo el camino estaba lleno de lodo, ramas y todo aquello que podía arrastrar el aguacero. Al doblar la esquina para tomar la calle... vió la inevitable aparición...

 

 

Los Chanekes

Una tradición popular en todos los pueblos de México.

 

Cuenta la leyenda, que después del grandioso proceso de la creación, el todo poderoso observó que nadie se encargaba del cuidado de los organismos por Él creados, así que decidió crear al Chaneke, señor de la tierra, para que los protegiera. De esta manera, el Chaneke se fué convirtiendo poco a poco en el cuidador de la tierra, del agua, de las plantas y de los animales. El Chaneke, vive en el tlalocan, el mundo subterráneo o paraíso donde la naturaleza es pródiga. Su mundo inferior está comunicado con la tierra por los árboles, sobre todo con los árboles grandes que se encuentran en la montaña. De esta manera, utiliza los huecos que hay en sus robustos troncos para vivir, además de otros muchos lugares. Por esta razón, los chanekes rondan principalmente por los manantiales, saltos de agua, cuevas, ojos de agua, cerros y montañas.

De la tradición popular surge la creencia de que los chanekes cuidan el bosque, los animales y todo lo que en su interior existe, y utilizan los huecos de los troncos de los árboles para pasar de su mundo místico a nuestro mundo terrenal. Estas interesantes creencias, aunque nos parezcan extrañas, tienen su fundamento en algo muy cierto, y es que en realidad los troncos de todos los árboles, nos permiten pasar de un mundo a otro, estamos tan llenos de un mundo diferente al natural que hemos perdido ese sentir.

 

Encuentro con los chanekes

Cuenta uno de los ancianos del pueblo, que de joven subia a la montaña a traer leña, tierra para las macetas, verlilla para escoba de vara, y lo que el campo producía para su manuntención familiar.

 

- Esto pasó alla por los tiempos buenos, tiempo de lluvia, subí a la montaña para bajar unas cargas de leña que me habian solicitado. Yo era joven y fuerte, pues mis años eran buenos, subí por lo que llamamos el lado de la lagunilla, pues por ese lugar tenia mi padre un terreno que sembraba, así de paso podia "hecharle un ojo" a la siembra y ver como iba su crecimiento.

 

La tarde me cayó encima sin darme cuenta, así que decidí regresar a la población, pues también habia empezado a llover, motivo por el cual quede empapado. Ya otras ocasiones me habia pasado lo mismo así que acostubrado a esto, no le di demasiada importancia y empecé a caminar hacia abajo, con mis dos mulas cargadas de leña.

 

Al pasar junto a una nopalera observé que habia nopales tiernos y me detuve a cortar algunos para la comida familiar, especialmente porque a uno de mis hijos le gustaban mucho, y siempre al llegar a casa me preguntaba; "Pa, tajiste nopalitos".

 

Me entretuve un poco cortando los nopales, colocandolos en una bolsa de costal que traia siempre para tal situación. La lluvia seguia cayendo, el chipi, chipi como le decimos no disminuia. De pronto una de mis mulas empezó a inquietarse, deje lo que estaba haciendo y me dirigi a ella para ver lo que le ocurria, podia ser una serpiente que en ocasiones hay por esos lugares.

 

Al regresar a recoger mis nopales, tremendo susto me lleve al observar a unos seres de estatura pequeña, brincando y saltado frente a mi entre los charcos de agua. Estos seres usaban una especie de gorro, que les caia hasta la cintura, uno de ellos traia algo en las manos que no pude distinguir, me miraban y reian. Estos seres median escasos 90 centimetros. Yo quedé paralizado sin saber que hacer, un escalofrio recorrio mi cuerpo e hizo que se me pusiera la piel de gallina, mis animales se pusieron nerviosos, soltando sus amarres corrieron espantados. De pronto uno de estos seres tomo mi bolsa de nopales y empezo lanzarlos por el aire, uno, otro y después otro, no pude más, mi sorpresa y mi miedo hicieron que corriera lo más rápido posible sin mirar hacia atrás, llevando en mi mente la idea de que venian tras de mi; así segui hasta la entrada a la a la población.

 

Llegué a la casa de mi padre que ya estaba esperandome, preocupado por ver llegar a las mulas solas. Yo estaba exausto, por haber corrido casi 3 kilometros. Le conté lo sucedido y no creyendome hizo que regresaramos al lugar donde habia pasado todo. Yo con cierto miedo, y en compañia de mi padre lo lleve al lugar. Cuál seria la sorpresa de los dos, al llegar al lugar encontramos todos los nopales regados como yo lo habia dicho, pero de los diminutos seres solo quedaron unas pequeñas huellas marcadas en el lodo.

 

Mi padre me dijo que habia tenido un encuentro con los Chanekes, seres que habitan en la montaña. Algunos son malos, otras solo quieren divertirse con las personas, parece que a ti te tocaron estos últimos...

El padre sin cabeza

Leyenda en tiempos de la colonia española e inquisición, durante la cual cortaban la cabeza a brujos, hechiceros, hombres y mujeres que tuvieron diferencias con la Iglesia católica.

El pueblo de Coatlinchan, formado por campesinos sencillos, gente de campo, trabajadora y muy religiosa.

Cuentan los abuelos la leyenda del Padre sin cabeza, que se les aparece a los hombres y mujeres que trasnochaban, debajo del antiguo árbol de chabacano que estaba en la esquina derecha del segundo jardín del atrio.

Eran aquellos tiempos de obscuridad completa donde a partir de las 6 o 7 de la noche, cuando la gente se recogia temprano, pues al no haber luz eléctrica, se terminaban pronto las labores fuera de casa. Pero había hombres osados que retaban esas horas de obscuridad.  

El templo era un sitio que daba miedo bajo esas condiciones, a pesar de ser la casa de Dios, por las noches se escuchan ruidos extraños, se veían sombras vagar por el claustro. Siendo un edificio antiquísimo, ya de noche se sentía un ambiente diferente y tenebroso. Decía el rumor popular que asustaban a los padrecitos que llegaban, y gente que se quedaba por las noches en esos espacios, muchas historias de aparecidos circulaban de boca en boca.

Fue uno de esos días, en que el Sacerdote en turno salió al patio azotea que hay antes de la escalera de caracol, para subir al campanario, para refrescarse con el viento que corría de norte a sur, pues eran de esas noches calurosas en que uno necesita refrescarse. Al salir a la terraza, notó una enorme calma sobre el jardín, se escuchó el canto de un tecolote a lo lejos, cerró los ojos al sentir una brisa que acariciaba y refrescaba su rostro. De pronto los abrió al escuchar un pequeño quejido... inmediatamente enfocó la vista, para ver a través de la obscuridad de donde venia ese sonido lastimero... sintió escapársele el alma del cuerpo, pues alcanzó a notar un monje debajo del árbol de chabacano, que al mirarlo bien, se dió cuenta que no tenia cabeza y en ese momento lanzaba otro quejido... ahhhh corrió al interior de su cuarto pues el sentimiento de terror lo había embargado al ver un alma en pena de algún franciscano que trataba de comunicarse con el... ¿Qué habrá querido decirme? esa era la pregunta que se hacia el pobre sacerdote.

Pronto cundió la noticia del aparecido “El padre sin cabeza”. Los curiosos llegaban a adquirir detalles del suceso y se tejían los más variados y fantásticos comentarios. La gente de avanzada edad, definía el asunto como: “acechanzas del demonio”. “Algún mandato celestial que no cumplió en vida”. decían otros. Otros más decían “Algún pecado mortal hizo en vida, y ahora Dios no lo deja descansar”, “Hay que hacerle algunas misas para que su alma descanse en paz” decían otros.

Han pasado muchos años y el suceso apenas sí se recuerda, pero si eres observador y algún día pasas por ese espacio en la madrugada, tal vez tengas la suerte de ¡¡mirarle!!.

La monja
Qué tal me llamo .... y déjeme decirles que yo no creo en fantasmas, ni aparecidos ni nada por el estilo. Esos son cuentos chinos para entretener a la gente... pero algo raro me pasó... definitivamente.

Déjenme les cuento, esto es reciente y hasta ahora sigo tratando de explicarme que fué lo que vi. He buscado una explicación de lo sucedido y sigo sin encontrarla, les cuento...

Mi novia vive allí, por el circuito de las combis, en la calle insurgentes, casi a topar con pared, sobre la calle de la iglesia, ese día me quede un poco más de tiempo con ella, ustedes saben cuando uno anda de novio quisiera uno que no pasara el tiempo, así se me fueron las horas, cuando me di cuenta ya era tarde, aproximadamente cerca de la 1 de la mañana, así que contra mi voluntad me despedí de mi novia, quedando de vernos al día siguiente.

Bajé por la calle insurgentes, la calle ya estaba solitaria, y sin querer empece a sentir un escalofrío recorrer mi cuerpo al llegar a la esquina de la iglesia. Traté de calmarme pensando en lo que había vivido momento antes, vino a mi mente la imagen de mi novia, empezaba a volar mi imaginación... cuando de pronto al pasar frente a la iglesia, un grito desgarrador de mujer me sobresaltó, el grito que escuché dentro del atrio.. al pasar frente a la reja de la puerta me detuve a observar quién había provocado ese grito, pensando que tal vez alguien necesitaba ayuda. Me acerque a la reja y entre la penumbra puede ver a alguien que estaba frente a la puerta de la iglesia, enfoque la vista y pude distinguir un hábito de monja.. ¿Una monja? me decía yo, que esta haciendo una monja a estas horas y en penumbra total. Estaba pensando en eso cuando un segundo grito espeluznante me volvió a la realidad, ¡Perdonnnnnnnn Dios míooooooo!, se me erizo toda la piel... me impresionó tanto e inmediatamente salí corriendo de ahí, sentía el corazón en la garganta, llegué a la esquina de la plaza y ahí me detuve y observé que todavía había gente en el puesto de las hamburguesas, todo parecía tranquilo, era como si ellos no hubieran escuchado nada... pero yo la habia visto, peor tantito ¡yo la había escuchado!!

Dándome un poco valor me asomé por las rejas de la puerta principal para ver si todavía ahí seguía la monja, pero ya no la ví.

Tal vez no crean esto que acabo de relatar, ni yo mismo lo creo, trato de encontrar una explicación objetiva a esto que ví y escuché... pero sigo sin hallarla.

Si tienes valor... tratar de pasar a esas horas solo... y observa dentro de la iglesia... tal vez logres ver el alma en pena de la monja que allí se aparece.

El charro Negro

Coatlinchan pueblo mágico, pueblo ancestral con un legado histórico que se ha trasmitido de generación en generación, rodeado de asombrosas historias y leyendas místicas.

 

Pero hubo un tiempo en que cayó en la miseria, en la desolación, se convirtió en un pueblo casi fantasma, primero la invasión española la cual dejo mucho dolor; después por la codicia de los criollos y mestizos. Aunque se reorganizó como pueblo, no fue suficiente pues la ambición de algunos hizo que las familias más humildes sufrieran necesidad, la gente tuvo que adaptarse para no morir de hambre. La diferencia entre clases sociales era muy marcada, quién tenía la posibilidad ambicionaba más y quien no tenía mucho era muy complicado el poder llevar algo a la mesa para poder comer cada día.

 

Entonces fue la bondad de la madre tierra que los ayudó a salir adelante. La gente consumía lo que el campo les ofrecía: quelites, quintoniles, cenizos, verdolagas, nopales, flor de quiote, hongos, papaloquelite, nopalyollo o nopal axitle. Animales de campo como el conejo, armadillo, tejón, liebre, venado, ardilla, tuza. También dependían de lo que producía la siembra del maíz, la siembra de frijol y la calabaza fueron bases fundamentales para la subsistencia de la gente en Coatlinchan.

 

 

Fueron tiempos difíciles, pero poco a poco la comunidad fue saliendo adelante, ayudándose unos a otros retomando el antiguo tequio (hoy te ayudo, mañana tú me ayudas). El equilibrio que se había perdido empezó a retornar, la ley de usos y costumbres empezó a aplicarse para cualquier situación en el pueblo.

 

En los tiempos que no había luz eléctrica la gente finalizaba pronto sus actividades, las labores terminaban cuando el sol comenzaba a caer y la obscuridad se hacia presente, los animales buscaban su refugio para poder dormir, las gallinas y guajolotes subían a los arboles para buscar una rama y dormir hasta el día siguiente. La actividad campesina regía en la comunidad, algunos se dedicaban a la siembra del maguey pulquero, otros tomaron el oficio de hacer carbón, vender leña u ofrecer tierra para las plantas y escoba hecha del arbusto llamado verlilla; unos más se aventuraban a la gran ciudad de México a buscar suerte.

 

Don Abel Ortiz Cortés, hombre de campo toda su vida, desde su nacimiento en la antigua cocina de humo en el predio llamado Moyanko. Desde pequeño ayudaba en las labores de campo, a cuidar las chivas y borregas de la familia… ¿escuela? no había mejor escuela que la vida misma.

 

Don Abel creció y formo su propia familia, dedicándose a la venta de leña y de carbón. Actividad que mantenía y mantiene hasta la fecha a algunas familias de la comunidad.

 
Don Abel era de los que acostumbraban a levantarse muy temprano, para aprovechar el día y no trabajar con el rayo del sol. Se regía aún por el conocimiento heredado por su padre y su abuelo. Tenía un reloj biológico que lo alertaba para despertarse muy de mañana y aún así, para asegurarse de la hora salía de su chocita para mirar el cielo y ver la estrella de la mañana que lo orientaba para saber la hora.

 

Esa mañana en especial era fría, eran los inicios de noviembre, tiempos cuando se hacían sentir las primeras heladas. El frío de la madrugada era mucho, pero aun así don Abel se despertó y empezó a preparar sus cosas, se abrigo y trató de no hacer ruido para no despertar a su esposa que dormía plácidamente, colocó su “itakate” en su viejo moral de costal, iba a salir cuando su esposa se enderezó y le dijo:


- Ya te vas, viejo.
- Si mujer regreso Dios mediante temprano.
- Qué Dios te acompañe.

Colocó las herramientas que utilizaba sobre el lomo de su mula, la “parda”, y salió apresuradamente, tan rápido que en esta ocasión se le olvidó levantar la vista como de costumbre a el cielo para buscar la estrella de la mañana y saber la hora... tomó el antiguo Camino Real (hoy calle Morelos) hacia la salida sur del poblado. En la antigüedad, el denominado Camino Real era un tipo de ruta con un alto valor estratégico
Durante siglos, los medios de transporte más comunes fueron las carretas, los caballos y otros animales de carga. Los caminos tradicionales no tenían la suficiente anchura, alentaban cualquier tipo de actividad y en muchos casos eran lugares desprotegidos e inseguros para los viajeros. Así, para favorecer el comercio y garantizar la seguridad se impulsó una red de caminos reales para apoyar al comercio.

 

 

La costumbre de la gente mayor en Coatlinchan era levantarse muy temprano e ir a trabajar al campo. 5 o 5:30 era la hora de levantarse para regresar a casa a a las 10:30 u 11:00 de la mañana a almorzar y así evitar el calor fuerte de las 12:00 del día.

 

 

Don Abel al pasar frente a la iglesia dedicada a San Miguel Arcángel se santiguo y siguió su camino

- ¡Arre Parda! le gritaba a su mula al salir del pueblo, a la altura de los primeros terrenos de siembra caminó con paso apresurado, pero casi al llegar al puente del aparejo sin querer levantó la vista y se dio cuenta de su error de horario.

- ¿A dánde voy tan temprano?

- Carajos si son más o menos las 4 o 4:30 de la mañana... se dijo así mismo.

 

 

Al ver la estrella de la mañana supo por su posición que era demasiado temprano. Así que al llegar al puente del “aparejo” decidió buscar un lugar para sentarse, vio un buen árbol de pirul, amarró a la “parda” y acto seguido se acomodo y se acurrucó bajo el árbol. No terminaba de acomodarse cuando escuchó el galopar de un caballo, seguido de un relincho. Se puso un poco tenso.

 

- ¿quién será a estas horas...? se preguntó.

- A de ser gente de la hacienda de tlamimilolpan que madrugó y ya se va a trabajar también... eso se decía así mismo... pero de pronto el ambiente empezó a cambiar, sintió un escalofrío recorrer su espalda.

 

 

 


 

 

De pronto vio llegar a galope a un jinete entre la penumbra, el cual montaba un caballo negro azabache, el animal era imponente y muy nervioso. El hombre sobre el caballo vestía como un caballerango, espuelas en las botas, pantalón negro con botonadura de plata, camisa y chaqueta negra, pero lo que más resaltaba en él, era el gran sombrero de ala ancha, tan ancha que no se le podía ver bien el rostro... el jinete se detuvo y dirigiéndose a el le dijo:


- ¿Qué hace ahí?
- Buenos días patrón, me llamo Abel y estoy esperando a que aclare el día un poco más, voy al monte a traer un poco de leña, me gano la vida vendiendo cargas de leña... le contestó.

Empezó a ponerse nervioso, pues el caballo no dejaba de bufar, de moverse, era un caballo muy brioso, y la voz grave del jinete era peculiar...

- Veo que tienes necesidad, pues...
- Siempre hay necesidad patrón, los tiempos son difíciles...

Don Abel sentía estremecer su cuerpo, empezó a notar algo raro en el ambiente, sabía que algo no estaba bien, el jinete le dijo lo siguiente:

- Miro tus necesidades pues… y quiero ayudarte, no te asustes... déjame decirte que yo ya no pertenezco a este mundo de los vivos... soy un alma en pena, debido a mis actos en vida, Dios no me permite descansar, dijo con voz muy grave.



En ese momento, don Abel sintió que lo jalaban de los cabellos, su corazón aceleró su ritmo…

- Yo en vida... no fui un buen hombre... la ambición y la avaricia me poseyeron… en vida yo tenía una posada aquí en el pueblo, sobre este mismo camino por donde pasaban los arrieros; y cuando algunos de ellos venían ya de regreso y les agarraba la noche se hospedaban en mi posada, y era cuando me daba cuenta que algunos de ellos llevaban buenos centavos, oro o plata... así cuando ellos se marchaban, yo y mi gente los esperábamos más adelante y los asaltábamos... fue así como hice mi fortuna, pero a pesar de tener una vida cómoda fui un avaro, nunca ayudé a nadie y como no tenia confianza en nadie, los centavos los vine a enterrar aquí.

Don Abel sentía que su alma se le escapaba del cuerpo, no podía creer que estaba ante un alma en pena...

- Desgraciadamente para mí, morí en uno de los asaltos, pues en cierta ocasión nos sorprendió uno de los arrieros, no me di cuenta que llevaba un arma escondida y me dio muerte... como verás morí sin disfrutar de todos los centavos y el oro que acumulé en vida... y ahí están todavía, son 6 barriles llenos... y serán tuyos, solo quiero pedirte que... tienes que utilizar parte de este dinero para ayudar a la gente necesitada, mandar a hacer varias misas por el eterno descanso de mi alma... y lo demás será tuyo... que es bastante. Por último para poder acceder a este dinero, tienes que volver otro día a media noche, tienes que venir solo... y rascar para sacar lo que hay ahí...

Indicándole el lugar con una de sus manos...

 

 

 

 

En ese momento don Abel miró hacia donde le indicaba, cuando regresó la vista hacia el Charro negro, este se había desvanecido en el aire... el terror se apoderó de él, tanto que ya no fue al monte, tomo a su burra la “parda” y se regresó a su choza, sintiendo un terrible espanto en el alma.

Desde ese momento don Abel no pudo encontrar la calma, se cuenta que sus ojos veían lo que otros no, ¡ahí está! ¡Ahí! decía por las noches, pero nadie veía nada... así pasaron varios años, don Abel nunca superó esto, pues enfermó, la gente decía que a don Abel le habían robado el espíritu... tiempo después murió de un ataque al corazón.

Esta es una de las asombrosas historias acerca de un charro negro que vaga por las noches como alma en pena... y tal vez amigo lector, si tienes algún día el valor suficiente ve a ese lugar conocido como el puente del "aparejo", la única condición es ir solo a media noche y a lo mejor tienes la suerte de verle... ver al charro negro de Coatlinchan que busca quién lo ayude a cambio del tesoro enterrado que dejó en ese lugar.