Ruta Ecohistórica en

San Miguel Coatlinchan, Texcoco, Edo. de México;

México.

 

 

Diseño: Studio Tlakua Xomoli

 

Rinde Coatlinchan tributo a Tláloc (Piedra de los tecomates)

 
Sin duda la simpatía por la deidad se robó los aplausos y las porras. ¡Tláloc, Tláloc, Tláloc!, gritaba la población originaria de este lugar. También rindieron tributo a Oscar, el escultor, y al propio pueblo.

 

Después de más de 43 años que fueron despojados de la imagen del Dios de la Lluvia, Tláloc, de acuerdo con la cultura prehis-pánica, desde este miércoles, los pobladores de Coatlinchan y la región texcocana ya cuentan con una pieza de la deidad que fue adorada en Mesoamérica, sólo que se trata de una copia que fue develada este miércoles.

 

Los habitantes de esta zona esperaban con emoción el día, y aunque la reproducción pesa 65 toneladas, 83 toneladas menos que la original, la gran mayoría la recibieron con agrado.

 

Sin duda la simpatía por la deidad se robó los aplausos y las porras. ¡Tláloc, Tláloc, Tláloc!, gritaba la población originaria de este lugar. También rindieron tributo a Oscar, el escultor, y al propio pueblo de Coatlinchan.

 

A las 11:10 de la mañana, un hombre sonó el tambor de manera estruendosa, y le siguió el sonido del caracol, evocando culturas precolombinas, y paso seguido, una grúa iba despojando la bolsa de color negro que cubría la efigie de Tláloc.

Los presentes observaron la escultura de siete metros de altura de la cual caía una cascada de agua y de la base, chorros de agua eran expulsados como una fuente y al centro la figura preshispánica.

 

El alcalde de Texcoco, Constanzo de la Vega Membrillo, acompañado del gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, en el centro de la plaza de Coatlinchan, fueron recibidos por un “chaman” que les hizo una especie de limpia prehispánica a base de co-pal y humo que se desprendía de un utensilio de tipo precolombino.

 

Luego juntos, pasaron al presídium, donde De la Vega Membrillo, dio la bienvenida a los presentes, entre ellos el diputado local, Higinio Martínez Miranda.

Constanzo recordó que fue el 16 de abril de 1964, durante el gobierno del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, que el monolito considerado el más grande de Mesoamérica fue retirado del lugar. Por ello dijo, que “la réplica vino a calmar los ánimos y acallar la tristeza y se levanta como un símbolo de identidad para la región”.

 

Añadió que acontecimientos ocurrieron y no fue posible hacer esta réplica, por lo que el gobierno municipal actual decidió hacerlo (ya estaba planeada por el ayuntamiento anterior), y es muestra de que los problemas cuando se traduzcan hay dificultades para poderlos resolver, “por ello podemos ver con mucho ánimo que cuando existe la participación de los niveles de gobierno, como en este caso entre el estatal y municipal, es posible poderle entregar al pueblo lo que se merece como lo es este símbolo de identidad y de raíz histórica”.

 

El alcalde texcocano dijo que el municipio tiene mucha cultura y se puede convertir en un factor de desarrollo municipal y regional que ofrecer a la entidad, por lo que aprovechó para hacer un llamado al Ejecutivo estatal, “si nos ayuda nuestro gobierno a ser vanguardia del oriente del estado de México, para orgullo de los mexiquenses”.

 

EL PUEBLO ESPERABA SE LE DEVOLVIERA SU IDENTIDAD
En su oportunidad, el escultor, Oscar Ramírez Quintero, creador de la réplica, manifestó que el pueblo estaba esperando que se le devolviera parte de su identidad que le fue arrebatada y, por lo que se mani-festó orgulloso de haber participado en la elaboración de la imagen.

 

"Tláloc, el Señor de las Lluvias, los hura-canes, el trueno, la vegetación y la fertilidad, quien era adorado por los pobladores de la época precolombina, dará identidad a la población de la región", dijo.

 

La imagen fue elaborada bajo la técnica antigua a base de hormigón, lo que garantizó tener una réplica muy aproximada a la original ya que el material es de concreto muy duro y con una estructura metálica que se encuentra anclada a una zapata muy poderosa para que sostenga el peso que tiene la figura hacia atrás, que es el núcleo.

 

Ramírez Quintero, señaló que no se tiene conocimiento de cuánto tiempo estuvo enterrada la escultura original, pero tiene las características de una piedra normal. “Además se tienen muchas hipótesis sobre cómo fue realizada, pero se habla de que fue labrada hace unos mil años”.

 

La pieza original, pesa 148 toneladas y actualmente se encuentra en el museo de An-tropología e Historia que fue encontrada en este pueblo y se le “despojó” a los lugareños, dijo el escultor, Ramírez Quintero.

 

El Tláloc original, es la pieza labrada más grande de Mesoamérica, zona que comprende la región centro-sureste de México, donde florecieron las más importantes civilizaciones prehispánicas, desde olmecas, mayas, mixtecos-zapotecas, totonacas, toltecas y aztecas.

 

EL HALLAZGO
El original fue encontrado en la barranca de Santa Clara por habitantes del poblado de Coatlinchan. Y se tiene conocimiento de que Tláloc (Chalchiuhtlicue), son una dualidad, son figuras míticas inseparables. “Tlálcoc, es quien enviaba las aguas y Chachiuhtlicue es quien las distribuía, de acuerdo con la cultura mesoamericana”, señaló Ramírez Quintero, mejor conocido como el “Margoc”.

La pieza estuvo terminada hace dos meses y sólo se esperaba su colocación y revelación, dijo el nativo de San Miguel, Coatlinchan, Arturo Ortiz Almaraz de 61 años de edad.

 

El recordó que cuando contaba con 10 años, la piedra existía porque el turismo nacional y extranjero, tenían conocimiento de que se encontraba el ídolo y estaba ubicado “recostado” en una cañada y el agua que corría lo fue descubriendo. Hoy en esa zona se encuentra el puente que conduce a Santa Clara.

 

“Al principio, las autoridades, del INAH, determinaron llevarse el monolito y dijeron a la población de esta zona que les iban a construir una escuela y la carretera, así como una réplica de la piedra. Los habitantes no se inmutaban, pero cuando vieron la plataforma, notaron que no era conveniente que se la llevaran porque era una joya del pueblo, entonces el gobierno federal metió al Ejército y fue como la sacaron de aquí”, recordó el señor Ortiz Almaraz.

 

El poblador, añadió que las autoridades no debieron haberse llevado el ídolo monumental, porque es una joya, tiene un valor inolvidable, “venían turistas de Estados Unidos, cada ocho días venían para que los lleváramos a ver la piedra. Además ha dejado de llover como antes”.

 

Rosalío Rivera Lueva, de 80 años, dijo que él la vio cuando era un niño y estaba descubierta y fueron a ver al gobernador del estado de México para que los orientara, ya que las autoridades federales también pensaban llevársela en ferrocarril. Daniela Mancilla Molina de 65 años, nativa de la zona, recordó que a la edad de 15 años, realizaban su día de campo y se subían a la piedra, “pasaba un pequeño río en el año de 1950 y era un paraje muy bonito, pasaban excursionistas de origen extranjero y tomaban fotos, sabíamos que era una joya valiosa.

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Crónica del saqueo.